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El rol del espacio cívico en la era del cambio

Por Paola Rangel de Red ExpoSocial 

Imagen: iStock

Introducción 

En un mundo en constante transformación la participación ciudadana se ha vuelto crucial, puesto que los cambios que se enfrentan desafían las estructuras tradicionales y obligan a replantear nuevas prioridades como sociedad. En este contexto, el espacio cívico se vuelve fundamental para que los ciudadanos expresen sus ideas, se organicen y actúen en pro del bien común. Sin un espacio cívico robusto y saludable la capacidad de la sociedad para influir en las decisiones que la afectan se ve considerablemente limitadas.

Desarrollo

El espacio cívico es fundamental para el buen funcionamiento de cualquier país, ya que permite a los ciudadanos ejercer sus derechos de expresión, reunión y asociación sin temor a represalias (Civicus, s. f.). En un entorno donde este espacio está garantizado, la sociedad puede organizarse, cuestionar y promover cambios que respondan a las necesidades colectivas. Sin embargo, cuando el espacio cívico es restringido o amenazado, las libertades fundamentales se erosionan debilitando la capacidad de la ciudadanía en distintos rubros. 

La participación en la acción cívica está profundamente influenciada por una serie de factores jurídicos, políticos, administrativos, económicos y culturales que condicionan la manera en que los miembros de una sociedad se organizan y actúan (PNUD-ICNL, 2021). Estos elementos definen las oportunidades y limitaciones para el ejercicio de los derechos procurados por el espacio cívico, determinando quién tiene acceso a los espacios de participación y en qué condiciones. En este sentido, es evidente que el mundo se encuentra inmerso en constantes cambios y múltiples ámbitos, lo que impacta de forma directa en la vida cotidiana. Dichos cambios, en muchos casos, generan nuevas oportunidades de participación cívica, pero también plantean desafíos, por lo que es necesario reflexionar acerca de la dirección que se toma como sociedad, así como las implicaciones, positivas y negativas, aunado a los desafíos que estas transformaciones están teniendo en nuestras vidas.

Vivimos en un momento de transformación sin precedentes, el tiempo aparenta ir más a prisa que nosotros mismos. En un mundo tan apresurado, donde todo parece efímero y los cambios están a la orden del día, no nos detenemos a apreciar y reflexionar críticamente la toma de decisiones, tanto en lo individual como en lo colectivo. Da la impresión de que tenemos poco tiempo para poder hacerlo, cuando en realidad deberíamos otorgarle más importancia de la que consideramos puesto que los cambios de hoy podrán construir los grandes desafíos o avances del futuro. 

En la actualidad se suele mostrar cierta resistencia a través de la minimización o limitación del nivel de cambio que se produce en distintos ámbitos de la vida, no obstante, pese a la existencia de esta amplia resistencia, el mundo no suele detenerse, las condiciones y el contexto obligan a un escenario de cambio inherente, inevitable y natural. Así, la acción cívica es un reflejo del contexto dinámico y multifacético en el que se desarrolla, lo que subraya la importancia de un entorno flexible y adaptativo que permita a los ciudadanos responder a los retos contemporáneos.

La existencia de un espacio cívico abierto es fundamental para abordar los desafíos derivados de un escenario de cambio sin precedentes. Un espacio cívico robusto facilita el surgimiento de una concepción colectiva de los problemas (Merino, 2007) y un entendimiento compartido de estos (Ansell y Gash, 2008), lo cual es esencial para establecer un marco de acción conjunta en los procesos colaborativos de toma de decisiones. En un mundo aparentemente cada vez más interconectado, pero paradójicamente, desconectado e indiferente en la realidad, el espacio cívico se convierte en un lugar crucial para que los ciudadanos puedan reunirse, dialogar y articular una visión común.

Un espacio cívico abierto es el medio que permite que los actores involucrados trabajen de manera conjunta con un propósito común y una dirección de cambio clara, haciendo frente a los problemas complejos que enfrenta la sociedad. Para ello, es necesario superar la desconexión en los diferentes entornos, promoviendo formas auténticas de interacción y compromiso social que fortalezcan el tejido social y el trabajo colaborativo. Solo a través de la participación activa y la articulación de esfuerzos colectivos se pueden enfrentar los desafíos contemporáneos y construir soluciones sostenibles y justas. 

Es por ello por lo que la sociedad civil posee un papel fundamental en el desarrollo y fortalecimiento del espacio cívico, especialmente ante un escenario de cambios. En momentos de transformación profunda como de los que somos parte la sociedad civil actúa como un puente entre la ciudadanía y las estructuras de poder, permitiendo que las voces de los diversos sectores sociales sean escuchadas y consideradas en los procesos de toma de decisiones.

Conclusión

El espacio cívico entendido en un entorno multifactorial y de manifestación de derechos es esencial para la convivencia y constituye la base de una sociedad dinámica caracterizada por una participación activa, inclusiva y significativa. Sin embargo, al ser definido por las libertades de asociación, reunión y expresión, no puede existir plenamente sin la participación activa de la sociedad civil, que se organiza para promover el diálogo, exigir rendición de cuentas y defender derechos fundamentales.

En este contexto el espacio cívico se convierte en el lugar donde se facilita el diálogo, la deliberación y la participación, elementos esenciales para que los cambios sociales sean el resultado de un consenso inclusivo. 

Finalmente, se establece que el cambio es un proceso inevitable y necesario para el desarrollo de una sociedad dinámica. Si bien puede generar incertidumbre, también genera oportunidades para mejorar las estructuras existentes. Sin embargo esto solo es posible si la sociedad civil, a través de un espacio cívico fuerte, participa activamente en la creación de soluciones, asegurando que las decisiones reflejen los intereses y necesidades comunes. 


Referencias

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